Con un toque de gracia abrió los ojos. No lo había pensado simplemente sucedió. Miró miles de cosas y probablemente escuchó el infinito. La delicia del paisaje y acontecimientos que sucedían uno tras otro. Un cúmulo de arte y experiencias nuevas. También lo sobrecogieron la vasta inmensidad de terrores, la aparente incompatibilidad de sucesos que corrompían la belleza que admiraba. De forma fugaz apagó sus párpados. El resentimiento alcanzó su ser, su humanidad, el miedo y otras cosas que no tenían explicación. La rueda del mundo era cruel pero entreveía miles de otras posibilidades, era todo parte de un juego continuo. Todo fue llanto. Al final simplemente nació.
Los comienzos así, inesperados, casuales y espontáneos son los más inpactantes :)
ResponderEliminarBonita entrada. A dos días del inicio de agosto, he encontrado esta Lluvia de agosto y me ha gustado
Otra vez tú me tiendes
tu lento cerco de diamantes.
contigo estaba escrito
el nombre del amor sobre la tierra.
contigo, lluvia de la media noche,
tierna raíz de astros.
Y caes
y me envuelves.
Eres música,
estás ciñéndome los pasos
y el mundo se me pierde,
porque lo borras tú con la mano invisible
con que cierras jazmines
y entreabres luciérnagas.
Maruja Vieira
es un poema precioso, como el post que tú regalas :)
Un abrazo
Muy bueno! Ha de ser una de las experiencias más traumáticas esto de nacer...
ResponderEliminarAbrazo!!
Me encantó este texto, Alejo.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
Un abrazo.
HD
Y las lágrimas, milagro de milagros, multiplicó sus posibilidades.
ResponderEliminarExcelente texto Alejo!
Saludos
J.
Bien dicen.. todo final es un inicio.
ResponderEliminarEste texto fue una teletransportacion!
Saludos Alejo :)