30 mayo, 2014

La poesía y su poeta


El poeta dibujaba palabras, letras de colores refractadas por la luz del sol que yacían ocultas entre la arena, era progresiva su transformación incorpórea. Conquistador pacífico de las ideas que duermen en la voluntad de los sueños de los hombres. Invisibles a la ceguera mundana, fortalezas conspicuas de la virtud, apoyadas en la oscuridad de las tormentas: el arte , la pasión y los sufrimientos, la alegría en silencio junto a los acantilados llenos de miedo al iniciar una nueva obra, la fugaz sonrisa del momento de inspiración. Puertas que abrían lo imposible, el poeta desentrañaba los secretos, inventaba la realidad infinita y por breves instantes se asemejaba a la vida que mecía los mares de la cotidianidad. Alejado por voluntad del mundo, y sin embargo tan apegado a él, como la madre que crea la vida, como el espacio entre la brisa y las hojas de los árboles, como el estremecimiento de una caricia y la salvación de la humanidad mediante la poesía. El poeta terminaba su obra, independiente esta última de su pintor, alzaba vuelo en busca de nuevos mundos hasta que encontrara un nuevo corazón donde pudiera descansar del largo viaje que la hizo regresar del eterno letargo que el poeta llamaría eternidad.

3 comentarios:

  1. Escribir mirando la perpetuidad y el infinito; imposible que tus poemas no guarden algo misterioso y fantástico. Siempre es un encanto leerte.

    un abrazo amigo

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  2. El Poeta es suicida por naturaleza: solo asi.. se sabe vivo. Y habran siempre, nuevos corazones donde descansar.... apesar de la mochila llena de sombras.

    Un viaje siempre leerte... sigo de lejos.

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  3. El poeta sólo vive si vive su poesía, cuando ésta pierde sentido, también lo pierde su vida...

    Saludos

    J.

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