01 febrero, 2012

El autoayudista

Afuera de la galería las personas soportaban sus fríos acurrucándose unos con otros. Una a una ingresaban al suntuoso edificio, tomadas de la mano, indecisas y temerosas, como si buscaran refugio dentro de aquel lugar. Adentro, cierto grupo se dedicaba solamente a admirar las obras que colgaban de las paredes: espejos de distintos tamaños y formas; mientras el otro grupo un poco más decidido compraba aquellos artilugios u obras de arte que se ajustaban a sus distintos gustos. A un costado se alcanzaba a ver al autor responsable de aquella muesta frotándose las manos frente a un fuego de esos sintéticos que emana de una chimenea de adorno; quién pasara cerca y prestando atención, de seguro le habrá escuchado repetir una y otra vez de forma muy queda, que siempre habrá tiempo para una crisis más.

6 comentarios:

  1. Las crisis siempre despiertan los talentos ocultos de la gente, el ingenio, el modo de seguir adelante sin caer en la miseria total. Ese es un modo de supervivencia.


    ¡Muy bueno, Alejo! Un cuento que nos hace pensar.


    Un cariño grande.

    ResponderEliminar
  2. Al pasar a las salas de las distitas exposiciones del museo, cada visitante descubría, sentía y percibía desde los diferentes espejos de su vida de qué manera les afectaba la crisis su vida. No sé si habrá tiempo para una crisis más, pero desde luego ésta que estamos padeciendo tardaremos más tiempo del que desearíamos para escapar de ella.

    un abrazo escritor.

    ResponderEliminar
  3. Tiempos de crisis siempre habrá... lo que hay que hacer es confiar un poco más en la cultura para afrontarlo

    Besicos

    ResponderEliminar
  4. Inevitablemente, con quienes lo sufren y quienes se regodean de ello.

    Abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Aunque no la veamos...
    La crisis siempre está...

    Buen relato.

    Saludos

    J.

    ResponderEliminar
  6. Primero gracias por pasar. Este texto no lo leí sino que pude "verlo". Abrazo.

    ResponderEliminar