09 octubre, 2009

De estilos y demás

Octubre 9, 11:28 am (ni esta viendo mal ni yo me equivoque: sí, es am)

PREÁMBULO

La entrada que tenía previsto escribir en las mismas horas de la madrugada, se vio inminentemente retrasada debido al cambio de look de este espacio, cosa que por demás esta decir estoy bastante satisfecho por como luce ahora; algo que no sucedía desde que empecé este viaje de palabras hace prácticamente un año. La razón? en realidad ninguna al menos eso creo, solamente la imperiosa necesidad de cambio que provoca en mí desde los tiempos inmemoriales en los que todavía me chupaba el dedo y gateaba como animal cuadrúpedo... aunque ahora me haya convertido en una bestia bípeda; no sé que será mejor, al menos ahora sé escribir y leer...

Dejando las líneas anteriores amarradas a la palabreja preámbulo, doy vuelta a la página y continuo, como suelen decir algunos optimistas, con lo que eran las ideas de hace varias horas, presto a pedirlas de vuelta a la memoria y al tiempo; encuentro entre observaciones y comentarios cotidianos, que definitivamente la prestancia, garbo o elegancia -como gusten llamarlo los lectores que han resistido a llegar hasta este punto- que transmiten las personas con su actitud: no se compra.

Una mujer que cautive a sus receptores comunicativos con movimientos elegantes en una charla casual, sin adoptar ninguna actitud en especial a la hora de hablar, es simplemente hermoso de admirar, creo que su equivalente podría asemejarse al canto de las sirenas: simplemente es un narcótico. Por el contrario la vulgaridad de algunas mujeres que se unen a la chabacanería de ciertos elementos varoniles, realmente es embrutecedor y "diventa" en un espectáculo que esta vez se parece más a una comedia de quinta, que arranca risas, cierto, pero no por las razones adecuadas.

"Aunque la mona se vista de seda, mona se queda", reza el dicho en mi país, no es cuestión de dinero ni status social, pues tales aspectos más bien evidencian la carencia de ese minimalismo elegante; en fin cansado de alargarme innecesariamente, puntualizo que es cuestión de actitud decidir ser un fantoche o un genio.

2 comentarios:

  1. http://inventariando.wordpress.com9 de octubre de 2009, 15:26

    Ser un espectador en este pequeño mundo permite apreciar los jardines sobre los cuales se posan los desfiles, el marcado contoneo de la buena actitud y seguridad, normalmente se aprecian en una acera, en un pasillo, sin mayor propaganda que el movimiento del cabello producto del atrevido viento. Lo contrario, voluptuosidad, falta de cerebro y piel postiza, se alcanza en la pasarela bésame de cualquier bar...

    ResponderEliminar
  2. Espero que no sea de los que frecuentamos ! y que al salir del bar podamos sentarnos en la acera y admirar las musas que el viento toca!

    ResponderEliminar