"Invitar sin llevar"

Septiembre 19, 2009... 1: 38 am .

Soy sincero: la entrada que pensaba escribir cedió terreno a la acidez. Algo poco común en mis escritos, pero que debido a que tenía la intención de escribir hoy, no hallo mejor manera que plasmar la sinceridad que pregono en varios blogs, independientemente del efecto mordido que pueda provocar en algunos "personajes" de esta sórdida comedia llamada vida.
Las apariencias pueden engañar a los ojos ingenuos; sin embargo con el caer de las arenas de este reloj que se gasta poco a poco, la ingenuidad da paso a los pensamientos reservados, que se materializan en letras o expresiones de las cuales no dan paso a los "regrets", pues lo hecho, hecho está (le guste a nuestro sentido común o no; -pues el tiempo no se detiene-).
La lealtad es en algo que siempre he creído fervientemente, y que hasta el día de hoy resulta ser un pilar principal en mi forma de vivir, y algo en lo que tengo esperanza de encontrar en las caras con las que acepto de forma displicente, entablar una generosa conversación. Sin embargo, mi cansino caminar me ha enseñado a marchar de forma más uniforme; haciendo hincapié en el dicho de mi amada abuela " para atrás ni para agarrar impulso" , por lo que en los últimos meses no me detengo a la vereda del camino, más que el tiempo necesario para mover la cabeza de un lado al otro en alusión a los jardines marchitos que contemplo, y que me parecían prometer tanto, pero que sin embargo no terminaron de abonarse con la confianza y la lealtad que más de una vez esparcí en ellos; y que ahora no son más que rastros del ayer.

P.S
Porque durante este viaje sin rumbo, me siento afortunado de invitar, sin más palabras que las improvisadas (y que sobran ante las acciones realizadas) a mi amigo Jose Miguel.