17 octubre, 2013

Brevedad


Desperté con los ojos cerrados. Desconocía las imagenes que se aclaraban en la oscuridad y tomaban forma, ajeno me resultaba el grupo de personas que me rodeaban y me miraban desde arriba; el sentimiento en sus miradas reflejaba la compasión, la tristeza, el dolor. Sin duda aquellas personas debían conocerme así como yo a ellas pero no podía hablar, las palabras se agolpaban en mi garganta pero me hallaba mudo. La sensación de lo inevitable y desconocido que se aproxima comenzó a llenar mi cuerpo con un frío que me iba dejando desprovisto de sensaciones. Sentí pánico, quería alejarme de ese lugar, ser otro, quería continuar; todo sucedía con una pasmosa lentitud agobiante que se prolongaba entre cada intento de respirar, pero era en vano, no me sentía dueño de mi mismo. Moví los labios y la mano de una anciana que se encontraba sentada a mi lado rozó mi frente, su mirada era distinta a la de los presentes, estaba llena de un sentimiento inmenso, me besó y sus labios se acercaron a mis oídos mientras un temblor me calaba los huesos y el torrente de sangre se agolpaba en mi pecho como un ejército antiguo que se atrinchera para dar su más encarnizada lucha contra un enemigo invisible. Todo ha valido la pena, me dijo aquella mujer en un susurro que calmó las aguas embravecidas e incontrolables que dominaban mi mirada. Como un golpe certero adquirí la conciencia de todo, de lo que significaba aquella escena; era mi muerte. El ejército en mi interior se alzó hasta mis labios para alcanzar a besarle su pelo, su aroma desentrañó el misterio de aquello que me había susurrado. Decidí cerrar mis ojos y todo aquello se desvaneció. Unas manos firmes me sujetaban y unos gritos me trajeron de vuelta a mi presente. Exclamaciones de sorpresa llegaron a mis oídos cuando con ímpetu abrí mis ojos. ¡Qué pequeño era!  Las imagenes que antes me habían llenado, parecían ahora lejanas y breves como un abrir y cerrar de ojos. Aquel fue el día que el sueño de la muerte me entregó a la vida. Ese día mi madre me dio a luz.

12 comentarios:

  1. Mircea Eliade estaría sumamente satisfecho con éste texto. No lo dudo.

    Saludos Alejo!
    Nos leemos.

    J.

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    1. El eterno retorno es un viaje constante. Honestamente, no había sido consciente de ello al momento de escribir este relato. Supongo que es la esencia que flota en las ideas -como lo denominaría Antonio-.
      Un abrazo

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    2. Sin dudas, hay ideas de las que, por más que lo intentemos, no podemos sustraernos. El eterno retorno, la inmortalidad de los correos basura, la hipocresía de los políticos y que las cucarachas sobrevivirían un holocausto nuclear. Esas cosas nadie las discute.

      Saludos!

      J.

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    3. Ideas tan propias y a la vez tan independientes que se les antoja aparecer de improviso. Y sobre lo de las cucarachas... jajaja eso me mató.

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  2. ¡Qué bueno Alejo! con el final me ha dado un escalofrío impresionante, no lo esperaba. El ritmo con que se cuenta me parece muy bueno. Avanza la historia creando imágenes con mucha claridad... conmovedor. Muy bien escrito. Te felicito maestro.

    Abrazos

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    1. Antonio, el adjetivo de maestro no creo merecerlo, me parece muy elevado! Sin embargo agradezco todo lo demás y lo tomo como un incentivo para mejorar y alimentar mi imaginación.
      Un abrazo.

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  3. Muy bueno! El relato antes del relator. Siempre ahí, atrás de todo. Saludos. P.

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    1. Antes o después, todo se asemeja a un círculo irónico.
      Gracias palabrota. Un saludo

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  4. Yo he sentido estas palabras como la fuerza y el ánimo que todos necesitamos para escribir, una especie de inspiración que de algún modo, todos necesitamos para pulsar el botón de publicar. Es como si las palabras de tus lectores no fueran suficientes para infiltrar cierto atrevimiento y coraje. Cada uno/a buscamos ese impulso en distintos lugares y personas...

    un abrazo

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    1. Palabras de muy alta estima te debo Esilleviana por el comentario que has hecho. Me alegra haber suscitado ese sentimiento.
      Un abrazo

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  5. Increíble. Es todo lo que voy a decir. :)

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