10 septiembre, 2012

Imaginación descriptiva III


No tenía mayor consideración por el lugar en que lo hacía, si se trataba del sofá, la banqueta en espera del transporte público, en alguna casa ajena a sus placeres  o cualquier lugar del que dispusiera la imaginación; la vocación y el amor que poseía aquel lector para con las letras que otros habían escrito, le había aislado durante buena parte de la temprana época de su vida, un período durante el cual su mente mutaba en distintas formas, mientras que resguardaba con cierto celo los conocimientos y sensaciones que le producía algún libro. En aquella época, su atención se había centrado en el fondo de las historias y argumentos, en los pequeños aspectos que le parecían reales y con los cuales incluso podía reflejarse, sin embargo con el pasar del tiempo se halló de manera instintiva, inmerso en una especie de estudio tan propio y apasionado como los discursos que elaboraba continuamente en su mente y que pocas veces se transmutaban en palabras dirigidas a un público tan real como la cotidianidad social permite. La estructura de las palabras y sus significantes así como las posibles razones de la particular escogencia de las mismas por el autor, el contexto y el enlace de ideas entre cada coma, punto y determinado párrafo, se acumulaban en forma de problemas por resolver en muchas ocasiones. La grandilocuencia de su cerebro ávido de lectura, iba dejando atrás el refugio de tranquilidad para adentrarse en un mundo más complejo que llevaba tiempo germinándose en su mente, el mundo del arte. Inacabable fuente de inspiración y sentimientos se esforzaban por abrirse paso en la polaridad que hasta entonces se había engendrado en su intelecto. Asombrado por el oficio de quienes derriban murallas, corrompían y cambiaban de forma las leyes que se esfuerzan en monopolizar el pensamiento humano deformándolo en ideas de fácil y cómoda acepción, decidió exteriorizar el cosquilleo que pendía de su cerebro para luego deslizarse hasta la suavidad de la lengua y tomar forma de palabra, de oralidad, de su propia comunicación; permitiéndole una conexión pequeña pero significante entre el mundo monocromático del interior social y el exterior personal.

9 comentarios:

  1. Gracias por visitarme, vengo desde El jardín de bolsillo.
    Me gusta como tejes tu historia, como vistes la realidad para recrearla.
    Saludos

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  2. Todas las personas que tienen el poder de imaginar y fantasear, creando un mundo paralelo en su mente, poseen la misma capacidad de expresar de forma oral lo que sienten? es todo un privilegio que pocos comparten.

    Un abrazo :)

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    1. Es cierto, todas las personas tienen el poder de imaginar y fantasear, pero no todas tienen el poder de expresarlo de forma oral. Este es el paso anterior para hacerlo y decirlo de forma escrita, esos son los privilegio que tiene Alejo.

      Dos abrazos

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    2. Debo decir que resulta un alivio que no todas las personas puedan hacerlo, de lo contrario... pero al menos estos personajes que recreo sí pueden (incluso Antonio quisiera pisarle la cola alguno que otro).
      Esilleviana, estoy de acuerdo con "un privilegio que pocos comparten", como todo lo que sucede en este mundo: poco se comparte. Y Antonio, muchas gracias por las palabras escogidas.

      Abrazos.

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  3. El título de la serie no podía estar mejor elegido. Hacía rato que no pasaba, pero veo que me pierdo de mucho.
    Un abrazo grande.

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  4. El arte transforma a la vida,la vida transforma al arte. Nunca mejor dicho.

    Saludos Alejo, que andes bien.

    J.

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    1. Resulta un juego José, incluso alguien podrñia decir que el arte transforma a la vida, pero la vida con sus muertes a quien transforma es al humano, que busca alcanzar el arte.
      Saludos José

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