Viuda negra Con las manos en la cabeza y el fin del idilio como futuro, le pidió que lo devorara. No me queda nada, pero no quiero que el tiempo me consuma, le dijo. Ella sólo cerró dos de sus ojos mientras accedía a la petición hecha. Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con Facebook
Me gustan estas historias breves... Abrazo
ResponderEliminarÉl se atrevió a pedirselo?
ResponderEliminares todo un comienzo...
un abrazo :)
Qué impresión!! Bueno, algunos idilios valdrían la pena ser devorados....
ResponderEliminarAbrazo!!
Me gustó...
ResponderEliminarPedir que lo coman es toda una decisión. Me gustó lo de cerró dos de sus ojos... Excelente.
ResponderEliminarAbrazo de gol
A algunos deseos es imposible negarse.
ResponderEliminarSaludos
J.
El frío ha helado tus dedos?
ResponderEliminar:))
un abrazo cálido.