03 agosto, 2011

Lamento del árbol

 (Patetismo prosaico)

Motherhood - Alexandre Desplat


Había vuelto a mis viejos hábitos, los únicos que no me abandonaban, los difíciles, los genuinos, los dañinos y los que daban más vida que cientos de cantos de sirena. El oído permanecía intacto a las advertencias del pasado, mutilando las consecuencias ya quebradas que no se cansaban de llevarse lo que nunca me habían dado. Era incomprensible y difícil de reconocer la muerte de la vida en el más acá. El ataque de tos me reencontraba. El temblor de la mano derecha al sujetar el buen cigarro, la canción siempre retrasada, atajaba los pensamientos hacia ella, siempre la misma pero con diferente nombre, cuerpo, olor y cualquier cosa que la mantuviera igual; porque lo mismo nunca sabe igual si relente se mantiene... Vaya verdad más segura, obsoleta y cobarde la que entonces impidió que alcanzara su mano cuando intentó quedarse a mi lado. Faltaron centímetros decimales. Que lamento más patético el derrochado. ¡Que viejos dioses conjuran el tiempo perdido que atormenta con mudas cadenas mi espalda con el suplicio de existir sin tú presencia! Cuán cruel es el fantasma que saquea la argamasa que sostuvo mis noches de inspiración; la que una vez germinó de sus suaves cabellos desnudos de inmortal belleza, cayendo a favor de un rostro cuyo único error fue despertar los celos de la vida misma, que alejóse de su lado para dibujar el vacío que ahora se anida en el tosco cuenco de mi lamento. Y sin más cantos que llenar, el cuerpo en árbol transmutó, para yacer en la vereda de la tumba que mancilla tú nombre; y así, permitir a mis ramas rozar tú voz que desde antaño con el viento se cuela en el silencio que me habla del fin del mundo.

6 comentarios:

  1. "en el silencio que me habla del fin del mundo" es un muy buen final.
    Beso

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  2. Sr Zimmer,

    Esta usted de una prosa poética absoluta. Bárbaro ese amor que nos describe con la enfermedad de los viejos hábitos difíciles y genuinos... y rotunda melancolía.

    Abrazos

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  3. Intenso, se queda enganchado en la memoria.
    Me ha gustado esta frase:
    ¡Que viejos dioses conjuran el tiempo perdido que atormenta con mudas cadenas mi espalda con el tormento de existir sin tú presencia!

    Qué dificil, seguir viviendo sin el ser amado al lado.
    me han gustado los adjetivos que has usado.
    Un abrazo Alejo.

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  4. sí, este relato es bellísimo.
    Y lo primero que se me ocurre es que nadie será tan perfecta como ella, a pesar de establecer detestables comparaciones, no hallará otra persona que esté al mismo nivel que ella...

    y lo mejor de todo, leerte.
    :))

    un abrazo

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  5. Como siempre con ese sentimiento tan especial que aflora y se percibe.



    Me encantó leerte...se te extrañaba

    Abrazote

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  6. Los viejos hábitos no nos abandonan, es cierto, ellos nos abandonan a nosotros.

    Buen texto.

    Saludos

    J.

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