17 agosto, 2010

INFINITAMENTE PROBABLES

La espera se acompaña con varios cigarrillos, mientras la impaciencia se marca con el perfecto golpeteo al culo de la caja de los infames señores antes nombrados, sí esos que se visten usualmente de blanco. Y si el frío llena el aire, y si la neblina cubre la espalda, la llovizna es nada más el teatro que interpreta el drama del vilo. Lo que se hace para volver a salir con ella; las vueltas en que se revuelca la cabeza para mantener la compostura. La rabia arrebata la serenidad, cada vez se jala más rápido el cigarrillo. ¿Cuanto es un momento? un misterio, nadie usa la misma regla para medir el tiempo. Y mientras se pasa de mano en mano la baraja de decisiones para tomar dentro de los siguientes cinco segundos, todo miente con el sabor a "me da igual, allá ella". Y la mente se comienza a poner en marcha para dedicarse a otras asuntas presuntas. Y afuera los motores que empujan el delirio de la gris ciudad, la monotonía de los peatones, los cambios de semáforo; todo se mueve pero nada parece avanzar, nada parece lograr echar a andar la brevedad del momento, la insolencia de lo que tenga que decirse, los destinos pasados por alto, la verdades obviadas y un poco más. ¿Y qué hace el escribidor esperando la respuesta de la tía Julia? ¿Y qué hace un nene tratando de lograr ser el caballero vulgar que logre anidarse en sus pensamientos? La ventana de los ojos no hace otra cosa que mirar hacia adentro, y el nene inexplicablemente tiene en sus palabras las acciones que nadie ha tenido. Y cuando todo parece volverse costumbre, ella responde: toca ponerse los pantalones que no se habían necesitado ante otras. Su silueta es envidiada por quienes apenas empiezan a caminar, su actuar es nada más que el retrato de su experiencia y la razón de mi sueño que inspira mi potencial al futuro de compartir mi zippo. Si las mujeres menores volteaban, era solo por el roce adquirido del pensamiento de aquellas que a futuro se convertirían. Pero atrás queda la impaciencia, la espera, hoy los cigarrillos se comparten; hoy toca aprender, besar, y sin más abrir las puertas del bautizo de comenzar a vivir. Mañana guardaré mi hablar, que revelar los secretos de una mujer se paga con la penitencia que no tiene redención. Y los mares se abren cuando su mirada se comienza a acostumbrar a la mía, su sonrisa es mi pretexto para ser feliz. Infinitamente probables, es lo que respondo cuando me pregunta que pienso; que si las manos no alcanzan para dibujar la libertad que vivo en su cuerpo, nuestras bocas serviran para acortar la distancia que nos separa.

7 comentarios:

  1. todo se mueve pero nada parece avanzar

    eso me encantó!

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  2. Jorgelina si te gustó, es tuyo entonces. Un abrazo

    Alfonsina listo, grabale el nombre que más querás, que las letras son patrimonio de todos. Un fuerte abrazo.

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  3. Uhh q Vargas Llosa ;)

    Ya te digo... el que tiene alas que vuele. Se feliz!

    Un abrazo.

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  4. jajaja Arya El buen Marito y sus andanzas!

    un abrazo enorme, enorme.

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  5. Ouch!!!!!!!!!!!!

    (Tan lindo..que me dió por la nostalgia)

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  6. Geo ligne nostalgia esa prima de la lectura... no sé ni que estoy diciendo, mejor la hago simple y respondo ouch!
    Un beso.

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