21 marzo, 2010

Saboreando la inspiración






De forma inevitable sonaba en mi cabeza la música del maestro: shelter from the storm

Con los sentidos reposando en el césped, con el olor a tierra en mi espalda, con la vista puesta en los árboles que muestran la misma cepa que las olas del mar cuando se trata del impulso que les brinda el viento. Con el libro entre mis manos, con las parejas dispuestas a ser fotografiadas en medio de un jardín que se esconde de la tumultuosa ciudad; caigo en cuenta que mi mente por fin está relajada. El sol me ilumina con ideas para escribir (lástima que mi lápiz se me haya perdido) y la tarde empieza a cerrarse con las últimas luces que se adhieren a las ganas de tomar un café negro como siempre.
-Ya me atendieron gracias. Fue lo que contesté, y con una mirada soñadora ella retiraba la cartilla. ¡Que mujer! he caído en la cuenta de lo que hace mucho no percibía: hay días en que simplemente amo a todas las mujeres y aún así no resulta suficiente; y lo que me dibuja una sonrisa es saber que ellas perciben (no sé como!) eso que solo se mantiene en el aire y se materializa en la mente.
Mientras tanto retorno a la página 75, pero a mitad de la lectura, me distraigo: - ¿ No se le ofrece otra cosa?. Al tiempo que me sirve mi café. Se trata de la misma mujer que había llegado a atenderme de forma atrasada. - Por ahora no, hoy vengo solo un rato; pero si se me antoja algo la busco-. Fue lo que atiné a responder. Ella asintió con una sonrisa y desapareció dentro del local.
Que distracción más oportuna. La miraba mientras barría a la par mía, con la ventana en medio de los dos haciendo de chaperon. Era inevitable no imaginar que el ritmo con que se movían sus pies, no era otra cosa que una invitación a bailar. La cadera representaba la tentación que amenazaba con robarse mis manos. Su cabello era la extensión de su alegría, de pronto su hermosura fue tal, que fui testigo de como la belleza misma se desbordaba a gotas en la humedad de aquellos labios. La mujer con ojos de estrella fugaz: dispuestos a concederme un deseo, ya no me distraía, sino que me regalaba atención y ganas de escribirle en su espalda todo lo que se me estaba ocurriendo. Con los sorbos de café se esfumaba el letargo, y con un escenario perfecto se cerraba el telón de una tarde perfecta, que con una sonrisa le dio la bienvenida a las estrellas, pues sabía que a partir de ese día iba seguir volviendo a ese lugar que ilumina la candidez de la inspiración y que con aromas exóticos deleita mi estancia la presencia de aquella mujer.
La tarde había acabado, y ya me encontraba en mi casa (mate en mano) saboreando una sonrisa impúdica que alcanzó para llenar las horas que quedaban de un día inesperadamente perfecto.

Caminando se me ocurría pensar que la muerte era solo una hipérbole de la vida.



9 comentarios:

  1. La diferencia es observar.. no tan solo mirar. Buen aroma y miradas inspiradas para ese baile.

    "...la muerte era solo una hipérbole de la vida". Creo todo final.. es simplemente un inicio.


    Muy dulce.. gracias por compartirlo...(y si llego enorme, va de regreso ;)

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  2. Nos ha enamorado un poco a todos esa mujer y tu retrato de ella.

    Saludos.

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  3. Esta narración tuvo un sabor muy agradable :) ...
    saludos!

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  4. Uuuuhhhh, me encantóo!

    Una ventana a otro mundo (al menos por un ratito)

    Un abrazo!

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  5. Muy buena narrativa, encontrarle la belleza al día a día es imprescindible, pero saberlo plasmar es arte . Un placer

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  6. (12:15 am) Pernoctando...

    Enhoe, Arte es sacarme una sonrisa con ese comentario!

    eMiLia, una ventana que no cierra por ninguna puerta.

    Maheba: srta, hablando de sabores, un chocolate es lo que se me antoja!

    Juanjo, una sirena parece, hay que cuidar los oídos.

    Srta Volio, coshita!! (a como lo digo espero que no se me delate el camanance)

    Arya, invitada al baile, pero si trae un aroma "asesino" prometo quedarme ciego para respirar nada más.

    Sin más, Hasta pronto y nos leemos pronto.

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  7. "...eso que solo se mantiene en el aire y se materializa en la mente."


    ¡Cuánta inspiración que se siente por aquí! Y qué hermoso cuando es producto de escenas cotidianas que nos cambian el día.

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  8. Valerie, dichosos los ojos que te leen los comentarios. Un abrazo

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