28 enero, 2010

La ruptura

No hay una buena forma de decirlo, y es algo que solo puedo permitirmelo hacerlo de frente, no por teléfono, ni sms, y menos por un correo electrónico; no! solo dilo y te marchas. Eran los pensamientos que ahora aquejaban a Ernésto luego de caer en cuenta de que tenía que terminar una relación, o al menos ponerle fin a las ilusiones que al parecer había permitido que se formaran en la mente de Sofía luego de coincidir con ella no solo en el sofá de la casa, sino en aquella salida al cine, a la cena en el restaurante libanes y a la aparente seguridad que resultaba de aquel gesto, ese que significaba tanto cuando se le acompañaba de un beso para luego convertirse en un abrazo que los dejaría unidos en el sentir de los corazones de ambos; ese gesto que resultaba de tomarle la mano, al momento que ella le susurraba en el oído un te amo; el pasar del tiempo no lo supe medir se dijo para sus adentros.
Cruzó frente a la casa blanca de dos pisos, las margaritas del jardín lo miraban como dándole la bienvenida, y el timbre esperó el saludo con el dedo índice. Era la casa de la señorita Sofía, esa casa que se interponía en el camino entre la cancha de futbol y el hogar de Ernésto. Este se detuvo por un instante, contrariando los planes que había trazado anteriormente. Regresaré hoy en la noche, cuando ella vuelva del trabajo, ese era el metodo que se había planteado. Sin embargo se encontraba petrificado, pensando en lo que iba a suceder: el vínculo se había estrechado y le iba a cortar las alas a aquella mujer que le había abierto ese tesoro de una mujer: sus secretos, su intimidad, su confianza y ahora su amor!. En realidad nunca había sido tan difícil distanciarse de una relación, sin importar que lo mantuviese unido, un ya no me gustas a secas funcionaba, dejarse tragar por la tierra era muy efectivo aunque un tanto cobarde; comenzar a salir sin ella exigiendo libertad... pues "subliminal", cambiar sus patrones y su afectividad equivalía a un egoísmo paulatino que sumía a la otra persona en incertidumbre cruel, ser infiel...eso no. Pero a pesar de todo esta vez era algo distinto, en los ojos de Sofía titilaba algo semejante a lo que en alguna ocasión percibió al verse al espejo, segundos antes de ver a Sara, esa misma mujer que había provocado todo dentro de él, esa misma mujer por quien estaba dispuesto lanzarse desde ese abismo llamado amor con tan solo la incertidumbre de sentirse un idiota o un valiente al arriesgar todo, ignorante de saber si llevaría puesto un paracaídas. Si salto lo hago solo, no lo haré con Sofía como posible paracaídas de emergencia pensó.
Ernésto seguía inmóvil con la vista en el amarillo de las margaritas, recordando a Sara; cuando escuchó que alguien le hablaba del otro lado del portón, a un escazo metro: era Sofía. Él la volvió a ver de forma distraída, vacía, como si ya no la renociese. A Sofía la sonrisa se le fue apagando al ver que Ernésto se había quedado afuera, justo cuando ella se quedó esperando que su pareja cerrará distancias entre los dos con un beso. Ernésto no sabía que decir, la cobardía o la sorpresa de encontrarla carcomió la gesticulación de palabras, traía la muerte dibujada en su rostro, se había convertido en un emisario de malas noticias. Ella entendió y lo evidenció con una lágrima en su rostro. Ernésto sostuvo la mano de Sofía y la beso, bajó la cabeza y se marchó. Atrás quedaban Sofía y las margaritas, ella se había sentado con los codos apoyados en su estomago; mientras aquellas flores nada podían hacer: Sofía entre sus manos escondía su llanto.

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5 comentarios:

  1. Romper un vaso es más fácil, porque los vasos no pasan por nuestra vida, eso sería tan irreal como mirarse en los espejos y no reconocerse, o algo más frenético. Pero cuando rompes con alguien -es curioso-, la mayoría de las veces, antes de que digas nada, ya lo saben.

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  2. la 24 tiene razón,noto un aire a Sábato en este texto que me encanta.
    Un abrazo.

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  3. Me encantó... No hay nada tan hermoso como verse reflejado en una descripción tan normal por los siglos de los siglos y tan única como cada relación.

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  4. pensé lo mismo que palabrota al referirse a sabato y eso me pilla. te seré sincera, he notado una evolucion constante en este alejo que dia a dia hace suyas las palabras. una felicitación.

    me atrevi a decir que ha sido mi cigarro favorito de la cajetilla que llevas haciendo por mas de un año. me lo he fumado lentamente, pausada, permitiendome disfrutar la pausa de una coma o la agonia de aquellos puntos suspensivos.

    completamente reflejada en las "maneras de escapar cobardemente" aunque es cierto lo que dice 24. la victima ya lo sabe de antemano.
    podria decir que me ha calado tanto este post pues ademas de una buena narrativa describe completamente mi situacion en este momento.

    por ello y mucho mas, gracias.

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  5. La queridisíma Paciente (que con cada comentario me deja pasmado) Ernesto debe estar pensando eso mismo, mientras contempla el vacío desde su cama.
    Palabrota: Sabato?!!! pfff... hombre demasiado comentario para un principiante...
    Maheba, si te enganchás un segundo, es más que suficiente para mí.
    Astu.... Vaya comentario, perplejo, la felicidad quizá no nace de mis facciones, pero sí de mi corazón, de la eterna gratitud seré deudor.
    Queda reflejado; sí, hoy Alejo razgo su piel de dragón y quedó a flor de piel con los comentarios. Gracias.

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