31 octubre, 2009

Sin derechos reservados

Octubre 31, 1: 32 am

"Ni psicólogo para la charla repetitiva, ni tragos con mal sabor de boca usada, sin desequilibrio hormonal más ajeno que propio y menos la visita de los mensajes de texto antes inpensada. Todas menos contigo, que para eso te dejo mi olvido como compañía.
Mi sueño sin invitación, la traviesa sonrisa del andar ligero, el sabor a menta como promesa del día anterior sin intención de comprometer la incertidumbre del mañana, los labios saboreados- deseados más no pensados por ser disfrutados; en fin, vivir ajeno al arrepentimiento que no toca las buenas intenciones de vivir sin reproches."

Las situaciones que no busco, pero que me encuentran en definitiva; permiten que escriba un rompecabezas de palabras que surge por las provocaciones espontáneas de bocas que nacen en palabras, se prolongan en un beso, y se escuchan en el silencio.

P.S
Porque para hablar es necesario saber escuchar, eso me lo enseñó el cansancio.

3 comentarios:

  1. Vecino!! pasé por una tacita de azucar y me encontré con un sifón de palabras acomodadas de una manera tan (no diría sorprendente porque ya de vos no me sorprende tal narrativa, pero usémosla) sorprendente para no olvidarlas.
    Me encanta como escribís.

    Un abrazo

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  2. Más que las situaciones, a veces, a mí me alcanzan los recuerdos... nada más jodido que un recuerdo!!!

    Saludos

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  3. jeje me siento como en la vecindad del chavo Pau! Ojalá tengamos el mismo éxito :P Un verdadero placer tenerte por acá.

    Monse, en otras circunstancias diría seguro algo como: -pues a socarse los cordones y a correr más rápido. Pero a esos recuerdos no hay que demostrarles miedo. Como a un perro pues jeje.
    Saludos a ambas

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