06 junio, 2009

Una noche extraña...

Más palabras regaladas al viento de Alejo...
La entrada de hoy es prácticamente para cumplir una promesa de a mis amigos ... que luego de estar tomando unos tragos, acordé realizar una nueva publicación.
Entre diversas razones, las ideas se mezclan, el alcohol, la improvisación, la necesidad, la terquedad, la melancolía, los sueños, las matemáticas, las leyes, el sin sentido del vivir diario que adquiere el sentido simplemente en las indescriptibles y evasivas cuestiones del corazón ... decido escribir algo, quizá no mucho, pero quizá tampoco muy ligero de palabras, de argumentos que esbozar ante la interminable historia de lo que no se puede borrar en la vida; aquellas circunstancias que nos recuerdan que es estar vivos, por más doloroso que resulte: vivir; estar preparados para el dolor porque de esa manera sufrimos de menor manera, como diría un premio noble.
El hecho de sufrir menos, de enamorarse menos, de gozar de más, de reír en los momentos menos oportunos, depende enteramente de nosotros mismo; es decir de cuanto estemos dispuestos a arriesgar, pues sabemos que desde el momento en que ponemos " las fichas" en su lugar, nos apostamos todo; más depende en la misma medida de nosotros, evaluar si lo que ponemos en juego vale el solo instante de llegar a decir que valió la pena vivir, de sentir una sola caricia, un solo beso, una sola risa, una sola lágrima, una solo mirada, un solo amor, una ilusión, una realidad, una palabra... UNA VIDA.

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