31 diciembre, 2008

Realmente el cambio en el calendario es capaz de cambiar nuestra actitud con respecto a los nuevos retos que nos aguardan? Pienso que no, mas bien todo lo contrario, pienso esto sirve a muchos como una excusa perfecta para para dejar de lado deseos inconclusos a la vez que se excusan para empezar "nuevos" propósitos. Es importante tomar la vida como un un todo, y no tratar de segmentarla para poder tener una percepción distinta de lo que hemos vivido hasta el momento.
En sintesís se debe mas que a un cambio de calendario, a un cambio de actitud; mas que a promesas carentes de contenido promovidas por las festividades, se debe a una continuidad con sentido, empujada por el deseo de dejar huella en esto que llamamos vida, y no a "empezar de cero" cada año. Pues no solo las alegrias que se gestionan durante un año son las que se deben tomar en cuenta, en lugar de ello, opino que debemos fijarnos en las cicatrices que nos que deja el paso del tiempo, para poder levantarnos de entre nuestros errores, pues tiene mas merito aquel que se levanta del fracaso que aquel que nunca a sentido el sabor del suelo cuando se tropieza...

El Baúl de las esperanzas

Esta soledad se ha convertido en una locomotora interminable que no se detiene y que no permite abandonarla; dentro de ella, se mantienen conversaciones diarias con un lánguido anhelo, mientras que la tristeza hace de tanto en tanto de compañera de cuarto, velando cada vez que puede por los sueños.

Diariamente se empacan los sueños y risas, con la resignación de quien espera una condena que no acaba de llegar, prolongando la miseria y la desesperación.

Así transcurren los días de aquellos que juegan con el olvido y cicatrizan sus heridas con limón y alcohol, En donde las reminiscencias de alegrías son tan distantes como el inmenso océano que refleja un sol apagado; al tiempo que miro al espejo y no reconozco al otro individuo con mirada vacía y sobrio de valor.

El cansancio de guerras perdidas arrulla las esperanzas hasta dejarlas sumidas en un profundo letargo, mientras la resignación susurra al oído y nos convence que soñar significa darle la espalda a la realidad.

Avanza y avanza el tortuoso camino que siguen los incontables vagones de este imperturbable destino se dirige a lo desconocido, echando a andar con las palabras como combustible, aquellas palabras que se entumecieron y pudrieron en las gargantas moribundas.

Negra es la noche que nos acoge hoy compañeros de viaje, pues nuestra fe se ha quedado atrás y el temor carcome nuestros pensamientos al darnos cuenta que ya no conocemos otra vida que no sea este infierno que llamamos hogar.