Silencio era lo que se derramaba lentamente por las paredes del apartamento, sombras que invadían cada rincón de aquel lugar hasta dejarlo todo en calma. El ruido se hallaba hipnotizado por la imagen de la luz que se diluía de a poco hasta que la oscuridad tocó los pies descalzos de Victoria. Poco a poco la oscuridad acariciaba con mimo sus pies, muslos, vientre y las manos que sostenían su mentón. Un mundo de silencio que no acababa de alcanzar el pensamiento. Victoria desnuda y sentada junto a la cama. Victoria de pie y riendo mientras sostenía...