Del inicio James Horner
Al inicio solían abrazarse a ellas, antes que los tiraran sin previo aviso, razón por la cual caían miles de metros hasta estrellarse contra el suelo. Al despertar no recordaban, no tenían memoria alguna del paraíso al cual habían accedido y era prohibido permanecer. Lo único que merodeaba en sus cabezas era un pensamiento que se revolcaba en un mundo de mentiras en espera de alguna oportuna realidad. Era como si a raíz del golpe, en sus cabezas se hubieran instalado una serie de nuevas ideas, ideas que manaban sin parar en lugar de la sangre que poblaban la mayoría de los cuerpos. Con el tiempo, y con el fin egoísta de prohibir nuevamente la entrada a aquel paraíso antes vulnerado por aquellos intrusos, las deidades tomaban la forma humana, o simplemente con el más leve roce, brotaban del mundo y poblaban las mentes como golpes de arte. Con la experiencia, llegaron simplemente a conocerlas como Musas.