Lenta y silenciosamente caminaban por medio de la calle, como si de una pegrinación desconocida se tratara; a paso lento andaba la pareja provista de necesidad, tratando de mitigar con cada paso las circunstancias que los habían llevado a ese momento. No existía ninguna prueba que constatase su amor o su cariño, ni siquiera un poco de amistad; necesidad era todo lo que resaltaba en aquellos ojos que habían decidido ocultarse en la madrugada, lejos de la lástima o el oprobio que suelen manifestar los vecinos durante el día al contemplar escenas...