28 julio, 2010

RETICENCIA DELIRANTE

-En la casa, en la cama, hasta en la música, pero que aparezca en lo que escribo...- No, me equivoqué, peor en tu boca... Está prohibido decirnos esa palabra... Y evitá pensarla, para que no tengás la tentación de decirla... Mirá, que yo soy el arrogante, al que intentan desmentir, el malo, aunque con vos... Y sí, esto se está tornando peligroso para mi salud mental, yo iba tranquilo con vos, ¿y ahora? A ser el pelotudo que por veces se hace más suave que esa pasta dental que compraste aquel... Lo que me faltaba detallista... Y no, me rio de esas ironías mayúsculas; sí, exacto, como cuando... No, no; no voy a cambiar de tema. Ves, ya estoy desvariando, hablo mucho y no digo nada, parezco Cant... Sí, obvio que eso te lo escribí... ¿De qué hablaba? mmm ¿nuevo sabor? -esta mujer me mata de a poquitos- ¡Ah sí! que sos un peligro perfecto para... ¡No! no estoy nervioso por tus papás... ¿Yo que sé porque estoy hablando tanto?... ¡Iluminá a la humanidad! ¿Por qué?... ¿Miedo?... -15 minutos de compromiso y ya parezco una nena asustada ¿Por qué hay que encasillar todo a un nombre? ¿a una posesión? Y lo peor es que fuiste vos el idiota que lo propuso-
- ¿Qué estás pensando?
- En que me conozco, y no tengo la remota idea de como vamos a llegar tan largo.
- Yo tampoco, pero es mejor averiguarlo mientras disfrutamos del camino.
- ¿Como haces para pintarme esta sonrisa de un momento a otro?
- En realidad no hago gran cosa, lo que pasa es que te gusto.
- ¿Srta pretenciosa?¿ "te gusto" En singular?
- ¿Es que acaso no te pusiste atención, cuando me dijiste que no te dijera esa palabra?
...

24 julio, 2010

NADA PASA, TODO SE QUEDA.

La noche está comenzando a propagarse y a la distancia, las luces de la ciudad comenzaban a tildarse. Solo había una persona que estaba notando el lento pero eficaz transcurso del tiempo. Todo está en silencio, las horas sobrepasaban a los relojes en espera de que la tormenta arribara, todo es duda. Las estrellas opacadas, el ocaso mezquino y solo una persona que lo percibía. El calor previo se había terminado de desnudar frente al pronóstico del hombre del clima. El cansancio comenzaba a albergar a sus hijos. El llanto se secaba en las duras facciones. La pulcritud de las risas en la memoria eran minoría en un lugar que con cada amanecer se dedicaba a mezclar las malas noticias de los noticieros. Y mientras todo pasaba, las revoluciones de bondad morían en manos de los mercenarios del dinero. La verdad había sido trastocada y ahora renqueaba por culpa de haberse vendido al mejor postor. Todo era una rutina lejana de cambios en la página de quienes manufacturaban los calendarios. El amor ya no podía ser concebido sino como una especie de constantes desilusiones que acabarían por convertirse en soledad; mientras la compañía era la forma de evitar la soledad.
Ahora la lluvia salpicaba sus regazos tratando de lavar el sucio piso que otros habían pisado. Pensó en las personas que le habían querido, en aquellas a quién les había fallado. En el arcoiris que le regalaron hacía tantos años. No visualizó su vida, solo se percató que el miedo había desaparecido. Dejó su vaso en el suelo y cerró los ojos esperando a la muerte, con la esperanza de abrir su corazón a la mañana siguiente.

21 julio, 2010

EL VACÍO DE UNA VIDA







Le costaba crear futuros, pues su presente se aferraba a pasados. Le resultaba fácil amar los finales dramáticos porque se parecían más a la realidad.
Había decidido subirse en el autobús con la convicción de olvidar las palabras que se le habían atorado al lado de los sueños. No podía dejar de pensar en que las lágrimas mienten más que las risas, pero que sin embargo son más difíciles de olvidar; en el deseo que ella tenía para que le diese el argumento que la llevara a romper su compromiso, en los intentos para que le dijese el por qué agonizaban sus miradas, para que le tejiese un te amo; pero al final el hilo simplemente no había sido suficiente y se había terminado por desprender su amor junto a la idea de un vestido de colores en el suelo.
Nada es suficiente, ni siquiera el olvido; ni siquiera el medio metro que les faltó; mucho menos la idea de recordar. Ella volvería con su novio, y él a la batalla diaria de perdonarse por el futuro que ya no sería. Después de aquellos ojos, ya nada pudo ser igual. Ambos quedaron a merced del tiempo, el amor no será más que un recuerdo, mientras que el presente ya no tendrá mañana.

19 julio, 2010

OCURRENCIAS PÍCARAS

- Es irónico como nos mimetizamos con personas que dicen detestar a los mentirosos ¿te imaginas que fueramos nosotros a los que nos duermen con cuentos de hadas? ¡Nos quedaríamos sin mujeres que conquistar ni historias que contar a los amigos en el bar! Y mientras le hablaba a su perro, el hombre manzano movía sus manos de forma pensativa - Por eso no podemos andar con hipócritas. Fue lo que le contestó su perro -el mejor amigo del hombre con cabeza de manzana- Y así ambos se rieron despreocupadamente.
Definitivamente a los mentirosos no les gusta la competencia.

17 julio, 2010

OCURRENCIAS ROJAS

... la joven hablaba con la niña:
- La Menstruación, el mes, el período o también se le llama la regla.
- La regla... ¿la regla? ¿pero cada regla tiene su excepción, no?
- Sí , y generalmente dura 9 meses.

13 julio, 2010

3 MINUTOS DE OPCIONES


The professor and le fille danse- Damien Rice


La realidad es algo muy distinto de lo que pensamos, se parece a las mañanas en que no recordamos lo que soñamos. Siempre interceptando pensamientos, nunca reteniendo ninguno; eran las mismas mañanas desde que se había alejado de Vera. No podía hacer otra cosa que levantarse y asomarse por la ventana, temiendo al barullo de la ciudad a sus pies. Luego le pondría música a la mañana y así daría paso al desayuno. Un poco deprimentes podrían ser las mañanas de Sandro, pero un cigarrillo en la terraza de su apartamento, se encargaba de disipar sus pensamientos, todos excepto uno: Vera.
Se puso su abrigo negro, se subió el cuello para protegerse del frío y la lluvia, cerró la puerta y continuó su firme paso hasta la fuente de la plaza. Bajó el tabaco de la cajetilla y la abrió, sacó su cigarro y lo encendió sin detenerse.
La lluvia ya había amainado lo suficiente como para poder ver a las personas sin paraguas. Sandro continuó caminando por la calle, sus lentes destilaban pequeñísimas gotas, la barba de hace 4 días se llenaba con el poco de vida que le quedaba al cigarrillo. Lo botó, y alcanzó a detener un taxi. Se distrajo un momento, pero por fin acató a decirle la dirección al chofer, y luego su mirada se perdió en la ventana, en las personas que pasaban, en lo oscuro que estaba el día. Veintitrés minutos transcurrieron cuando llegó a su destino, se bajó frente a aquella casa azul marino y ahí se quedó, aguardando. Sabía que había llegado puntual cuando vió a Vera salir y detenerse al otro lado de la acera bajo una helada llovizna. Se vieron y no existieron palabras, solo soledades, errores y despedidas. Se quedaron inmóviles, como en duelo del oeste. Y lo que pareció una eternidad se acabó. Se despidieron con el ademán casual, cada uno al lado contrario de la calle. Adiós le dijo ella. Te quiero le respondió él. Vera hizo el intento de cruzar la calle, pero se detuvo. Mató la lágrima izquierda que se escapó atrevidamente. Apretó sus labios y tomó las maletas, se llevó su mano al bolsillo buscando las llaves del coche y le quemó el roce de su anillo con el pasaje aéreo: se desesperó, sabía que la persona al otro lado de la calle esperaba una decisión suya, sentía un profundo vértigo; necesitaba tiempo para pensar si debía amar, para correr, para gritar, para llorar, para respirar, pero más importante aún: para elegir.
Sandro sentía que la llovizna cada vez le pesaba más pero no podía apartar su mirada, no sabía que lo hacía permanecer tan sereno, si sus celos impotentes o el amor suicida. No sabía si mantenerse ajeno a la decisión era correcto o no, pero creía que tenía que dejarla actuar por su cuenta.
Vera levantó la mirada y finalmente entró al automóvil, giró la llave y se marchó
Llegó a pensar que nada tiene sentido.

06 julio, 2010

PENSAMIENTO YUXTAPUESTO

Cada vez que miro, tiendo a desconfiar más de eso que llaman muerte. De ese extremo opuesto de un círculo en donde se detiene la vida. Prefiero creer que la muerte es olvido, un cementerio de vivos que rodea constantemente, la navaja de la semántica, una mera anestesia de la vida misma.
Tal vez por eso intento contar bien las historias sin pensar en el arduo enfrentamiento de los muchos que se adromecen en la agonía de vivir al borde del Alzheimer: luchar por la memoria en un mundo que cada vez se queda con menos campo, en donde si la memoria fuera corporal , no dudo que incluso serviría para sacarle alguna ganancia.
Olvidarse es la misma muerte, o viceversa. La amnesia fue el mejor invento para quién quería utilizarla como excusa de lo que no le conviene. Adentro aquejan las enfermedades que comen el alma, que provocan sordera, que enajenan del mundo exterior y al final tal y como lo dijo Dylan, te venden la idea de que eres muy bueno como para morir, para luego sepultarte de pies a cabeza.