28 marzo, 2010

Una noche

(un vestido y un amor) al inicio y final del concierto gratuito de Paez, ayer 27 de Marzo.



... Y nos encontramos a medio camino, cansados de caminar, de tanto subir y bajar. Aurora regaliz de primavera e insensato llanto de invierno. Prestame tu boca y te regalo mi corazón: un trato desquiciado donde te enseño a besar y vos me mostrás como amar. Te veo a contraluz y el pecado de un cigarrillo te empaña de blanco y negro. Miro tú número y termino llamando a otras y me arrepiento, y luego olvido porque te quiero tanto. La sangre me hierve pero el frío de las sabanas ajenas invoca tus piernas y ese vestido que alimenta el desenfreno. Celos de picadura de mosquito, atraídos por las manos ajenas que sustraen las canciones de la cabeza, son todos a beneficio de un trago en luna de media noche. Te miré tanto, que recordé como morir lo suficiente como para amarte siempre. Le abrimos un boquete al tiempo en el momento exacto que nos abrazamos las manos y terminaba aquella canción. No significaba nada pero se sentía todo. Vos y yo sin los demás, la vida tartamudeaba al compás de las agujas del reloj, y la angustia no fue suficiente para repeler la eternidad que se consumió en las palabras que te dije al oído mientras el estomago se te hacía chico. Porque eras tan distinta que me querías con la imperfección del amor que duele en el pecho. Y así yo solo vivía para encontarte cada vez que me perdía, porque sin ti mi mundo no tenía luz y mi corazón olvidaba cultivar la belleza que le dabas, porque tú eras todas pero todas no eran vos. Y al final nos disolvimos como el agua que termina encontrándose cuando la mar se atreve a soñar en las noches que los enamorados se besan en la ciudad.


24 marzo, 2010

De risas y enojos "malintencionados"

Hacía 2 años de aquel bizarro episodio en que ambos figuraban como protagonistas de la amalgama que fabrica la vida en momentos de distracción. Genáro y él subían al autobús pasadas las 9 de la noche, se habían encontrado por casualidad, y luego de no hablar por 3 meses, era comprensible que ambos charlaran sobre como transcurría la vida del otro; sin embargo al momento que entraron al transporte público y se iban apretujando como sardinas enlatadas por obra y gracia del chofer del autobús que no paraba de gritar: <<¡Vamos atrás, corranse que queda campo!>> , era inevitable que ambos compañeros de la infancia, buscaran posicionarse cerca de la puerta trasera para salir sin necesidad de empujar a nadie cuando les tocara bajarse. - Dale, por la puerta podemos quedarnos, ábrete campo antes que esta mierda se llene. Fue lo que le dijo Genáro; él, haciendo caso a su recién compañero de viaje, apuró a la mujer de la par (a la que calculo 24 años, aparte de notar el uniforme de la tienda de cosméticos de la capital que traía puesto) a lo que ella le contestó que atrás no quedaba campo. Sin embargo no había terminado de hablar cuando él le pasó por atrás para abrirse campo; no sin antes -sin intención y casi que inevitable- le rozo el trasero con el bolsillo derecho del pantalón en el que llevaba el móvil. La respuesta de la dama ante el objeto notablemente duro que le acarició las nalgas no se hizo esperar, y a la aparente osadía de su vecino de fila: le espero un majonazo en el pie derecho (con el zapato de tacón izquierdo) acompañado de un <<¡¿para eso quería pasar cochino?!>>. La cara de perplejidad y el dolor en el pie (que disimulaba, tanto para no armar una escena como para no olvidar su hombría) eran más que notables:
- Oiga, está loca? si viene de malas no es mi problema!
- Loca pero no dejada, y al menos si vengo de malas lo puedo disimular, no como usted!. Con los ojos desorbitados y creyendo haber topado con una completa lunática que probablemente se iba a poner a gritar, solo pudo balbucear:- No sé ni de que está hablando! solo porque medí mal el espacio que había atrás me da semejante majonazo, y por si no se ha dado cuenta no llevo botas de policía como para no haber sentido semejante majón en la naciente de los dedos!
- Mire no me diga más, vaya a arrimarle a otra la del pantalón que hasta la tiene parada!.
Sujetándole la mano a la fuerza y de forma improvista, se la llevo hasta el bolsillo del pantalón donde guardaba el celular. Antes de que ella pronunciara palabra, ante el estado estupefacto del atrevimiento de aquel tipo, él le dijo que en la bolsa andaba el móvil. Le soltó la mano y en un ademán de reprobación meneó la cabeza de un lado a otro y apartó la vista mientras que la mujer de los tacones de aguja, le ponía mute a su voz y se le ponía la cara del color de un tomate maduro.
- Uy perdón muchacho, que pena (y que mente, llegó a pensar) no sé ni que decirle. Él, en un impulso y como si el humor hubiera aguardado todo el día en salir, estalló en risa. La respuesta ante la reacción fue mutua y ella se tapó los ojos con la mano izquierda justo en el momento que el autobús frenó como en un intento de sacudirse a los pasajeros de encima cual toro salvaje.
La gravedad hizo valer su efecto, como la risa a la simpatía en aquel momento. Caer en los brazos del hombre que le había provocado la risa, era lo más inoportuno; tomándo en consideración que para que no se cayera, una mano le sujetaba el costado de su seno izquierdo <<¡Esto es el colmo!>>. Reponiéndose del impertinente frenazo del chofer ( que le valió unos cuantos madrazos por parte de los demás conductores), y con voz parsimoniosa le dijo: - diría mi abuela: el que no quiere caldo le dan 2 tazas!. Aguantando la risa, él replicó: - ¡Soy escéptico, pero estoy comenzando a creer en las compensaciones del universo; mire que ojo por ojo... - y pie por teta!- se adelantó ella.
En aquel momento eran ella y él, hoy ambos conocen el nombre del otro y nada más importa.

21 marzo, 2010

Saboreando la inspiración






De forma inevitable sonaba en mi cabeza la música del maestro: shelter from the storm

Con los sentidos reposando en el césped, con el olor a tierra en mi espalda, con la vista puesta en los árboles que muestran la misma cepa que las olas del mar cuando se trata del impulso que les brinda el viento. Con el libro entre mis manos, con las parejas dispuestas a ser fotografiadas en medio de un jardín que se esconde de la tumultuosa ciudad; caigo en cuenta que mi mente por fin está relajada. El sol me ilumina con ideas para escribir (lástima que mi lápiz se me haya perdido) y la tarde empieza a cerrarse con las últimas luces que se adhieren a las ganas de tomar un café negro como siempre.
-Ya me atendieron gracias. Fue lo que contesté, y con una mirada soñadora ella retiraba la cartilla. ¡Que mujer! he caído en la cuenta de lo que hace mucho no percibía: hay días en que simplemente amo a todas las mujeres y aún así no resulta suficiente; y lo que me dibuja una sonrisa es saber que ellas perciben (no sé como!) eso que solo se mantiene en el aire y se materializa en la mente.
Mientras tanto retorno a la página 75, pero a mitad de la lectura, me distraigo: - ¿ No se le ofrece otra cosa?. Al tiempo que me sirve mi café. Se trata de la misma mujer que había llegado a atenderme de forma atrasada. - Por ahora no, hoy vengo solo un rato; pero si se me antoja algo la busco-. Fue lo que atiné a responder. Ella asintió con una sonrisa y desapareció dentro del local.
Que distracción más oportuna. La miraba mientras barría a la par mía, con la ventana en medio de los dos haciendo de chaperon. Era inevitable no imaginar que el ritmo con que se movían sus pies, no era otra cosa que una invitación a bailar. La cadera representaba la tentación que amenazaba con robarse mis manos. Su cabello era la extensión de su alegría, de pronto su hermosura fue tal, que fui testigo de como la belleza misma se desbordaba a gotas en la humedad de aquellos labios. La mujer con ojos de estrella fugaz: dispuestos a concederme un deseo, ya no me distraía, sino que me regalaba atención y ganas de escribirle en su espalda todo lo que se me estaba ocurriendo. Con los sorbos de café se esfumaba el letargo, y con un escenario perfecto se cerraba el telón de una tarde perfecta, que con una sonrisa le dio la bienvenida a las estrellas, pues sabía que a partir de ese día iba seguir volviendo a ese lugar que ilumina la candidez de la inspiración y que con aromas exóticos deleita mi estancia la presencia de aquella mujer.
La tarde había acabado, y ya me encontraba en mi casa (mate en mano) saboreando una sonrisa impúdica que alcanzó para llenar las horas que quedaban de un día inesperadamente perfecto.

Caminando se me ocurría pensar que la muerte era solo una hipérbole de la vida.



17 marzo, 2010

Todos los días

¿Cuanto estarías dispuesto a sacrificar?

Ni filosófico o mistico, sin el antónimo de bueno ni malo, sin cura o veneno, sin risas o sollozos; ni juicios de valor preconcebidos; no: Pienso que la irreductibilidad de una pregunta es cruda para el caminar, y al principio del final se puede empezar a coagular el sueño de un sol al horizonte. -Maldita pregunta.

Miré mis manos y vi tatuados 99 post más.

15 marzo, 2010

Dicotonomía innecesaria

Luego de la charla, la pugna entre los hemisferios cerebrales arranca la frase que promociona:

Besos para no enamorarse y sexo para olvidar(se)


P.D Porque la ingenuidad nunca se pregunta quién inventó los eufemismos.

P.D.D Con ganas de escribir... aunque el cansancio me permita poco.
Safe Creative #1003165763178

14 marzo, 2010

¡ Si supiera dibujar !

- Soy bloggisticamente activo.
- Pues no sé que será eso, pero yo soy sexualmente activo.
- ...


Un poco de humor negro

12 marzo, 2010

Si le pidieses.

En un día policromático cualquiera. Esos habitados por parejas de ladrones que llenan las tardes de a dos; un si te pidera... se corona en la voz de ella, y continúa de esta manera:

...Que me mataras?
- Lo haría con un beso.

Que me amaras?
-con un gesto.

Que me odiaras?
- con la indiferencia.

que me chanteajeras?
- con el recuerdo

que me engañaras?
- en la cama

que me olvidarás?
-... nunca lo había pensado.
Safe Creative #1003165763208

07 marzo, 2010

Necrosis






Mejor canción para estas letras no existe. Su sentido es el prólogo antes de leer: A weary kind.


Lo peor nunca fue el vendaval que arrebato el rumbo al pequeño barco, ni siquiera la mentirosa paz que osaba a mancillar las noches en que los ojos no tenían nada en que pensar: ese vacío que escudriñaba las puertas de las horas por vivir. Las aventuras que se entrometían sin permiso nunca representaron más que un sol sin calor, una lluvia melancólica en las madrugadas que ameritaban entrar a casa pronto pues el temblor de unas manos vacías simplemente era estremecedor, demasiado pesado para cargar con los sueños a la cama que se llenaban con la disonancia de las inútiles preguntas que inyectan cansancio, "creatividad dañada a través de un blog", o simplemente miedo a dormir para no soñar.

Bajar los brazos es la retirada más costosa: miles de ideas aniquiladas en una enfermedad sin remedio; es fumarse el último cigarrillo odiando escribir lo mismo: lo que resulta tan bueno pero que te jode la existencia: sincerarte con la vida y tocarle las cuerdas a la guitarra creyendo que son sus cabellos: tal perfección es inconcebible e incomprendidamente estúpida.
El peso es demasiado para compartirlo, los secretos muy públicos para guardarlos y la retina muy fina para verla otra vez.
Pese a todo, lo peor no ha sido dejar de alcanzarla y verla tropezar con la misma duda en la cabeza, ni siquiera ser el mismo imbécil que se agota quereriendote y que combate la indiferencia con los ojos cerrados: Exhausto de profanar la mente queriendo ser un hombre de hojalata.
Sin embargo nada se compara al hecho de tener que ver a los ojos a "ese" sentimiento tan avasallador y tener que pegarle un tiro para intentar matarlo de una vez por todas: verlo mientras el hilo de sangre llega a mis pies acusándome de ser el asesino de lo que muchos pasan el resto de sus vidas añorando encontrar. Sin duda ser el triturador de una parte de tu propia esencia te cambia la perspectiva de como vivís, pues quién critica y no entiende merece callar. El dejar de actuar no es sinónimo de no querer, sino de cansancio de no poder.
Podrido de los cobardes que creen que el destino los unirá algún día (el destino se hace creando puentes para alcanzar a la persona por quién estás dispuesto a luchar y por quién te arriesgás a vivir) caigo en la cuenta que a veces no es suficiente espacio para la extraña clase de persona que se maravilla al verla como si fuera la primera vez y le dice: cada día estás más hermosa de lo que jamás podrás estar en mis sueños: cada día te querré más de lo que jamás podrás imaginar.

04 marzo, 2010

Lujos y detalles que pesan

No todos los hombres pueden darse el lujo de ser románticos, ni todas las mujeres aceptarlo.

(un pensamiento provocado por el tereré)
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03 marzo, 2010

Piccolissimo dubio

A veces te llego a querer tanto que se me olvida leerte la etiqueta de advertencia, donde dice que eres veneno para mi salud mental.

(la escazes de ideas está queriendo redundar, o quizá sea un cambio de piel nada más)

02 marzo, 2010

Piccolissimo - un'altra volta-

El amor es tan simple que por eso creemos -erróneamente- que lo tenemos que complicar.

(18 horas y media de descanso nocturno en 5 días: sospecho que alguien más me está drenando el sueño -aparte del sr insomnio-... y no me está gustando)