"Recordad que la sabiduría del corazón es la ignorancia de la razón, y sin recuerdos por que luchar solo quedan interminables cuentas por saldar"
Mi manos hortelanas encontraron su permanencia en el principio y fin de tu bondad. En los perros que ladran a la libertad, mi corazón se despoja de patriotismo, alcanzando a izar las palabras que hoy fermentan la nocturna soledad. Y mientras en el umbral del olvido vuelen las gaviotas del amanecer, prolija y sincera sera nuestra voz que pretenda arrebatar al silencio su menguada clandestinidad.
Gracias por tu amable comentario. Más tarde pasaré a leerte.
ResponderEliminarun saludo.
Es triste pensar que quien no tiene amor tiene razón y viceversa... ¿no?
ResponderEliminarBesicos
Tus manos expertas tienen como prioridad la bondad, dejando atrás las ideas absurdas de amor a la patria por encima de las personas de otras comunidades. Es una suerte que el sonido de las gaviotas refuercen las voces y ruidos de las demás personas que desean lo mejor para todos.
ResponderEliminarMe gustaron mucho tus palabras. Suenan y aparecen con fuerza.
un saludo.
Un placer el leer tu escrito.
ResponderEliminarSimple y concreto, muy bello.
Te saludo,Liliana
Con fervor revolucionario de salieron estas letras...
ResponderEliminarLlego despues de un tiempo, pero no me he ido.
Abrato.. T!
Esilleviana, y a mi me fascinaron las tuyas. Cosa extraña una interpretación de esa manera.
ResponderEliminarUn pensamiento mordaz Belén, nada más que eso.
Hiperión, saludos de vuelta.
El placer es realmente mío Liliana -bienvenida-
Jajaja... que peligroso ¿eh Arya? ¡Un goce enorme saber que andás cerca!
Gracias por vuestros comentarios.
Alejo
Sólo se me ocurre decirte una cosa: ¡Tremendo!
ResponderEliminarMe gusta cómo ha quedado tu texto, es muy sugerente, por lo que dice y lo que no se atreve a decir.
Saludos
J.
Tenés una particular forma de escribir que me deja sin palabras...realmente es un placer, aunque me gustaría aportar algo más.
ResponderEliminarYo creo que sí, que es cierto, las palabras a la madrugada son las sinceras y las únicas ciertas.
ResponderEliminarFascinante texto, una vez más.
Gracias José, así son las palabras: niños que juegan a las escondidas.
ResponderEliminarEncantado que te haya dejado esa impresión luego de tanto tiempo sin pasar Valèrie.
Juanjo, son las mismas pero sin vestidos que ataviarse.
Gracias a los 3 por las líneas escritas.
Alejo